Cuenta la leyenda que el gigante irlándes Finn y el gigante escocés Bennandoner, se tiraban rocas de un lado al otro continuamente que caían sobre el mar, por tanto tirar las rocas, se formó un campo de piedras sobre el mar uniendo las dos tierras, entonces el Gigante Escocés se atrevió a cruzar por encima de las rocas hasta Irlanda para derrotar a su enemigo, pero la mujer del gigante Finn al verlo llegar disfrazó rápidamente a su marido de bebé. Cuando Bennandoner llegó y vio al bebé se asustó de tal manera pensando en el tamaño que tendría el padre, si su hijo era tan grande, que se escapó huyendo por donde había venido pisando fuertemente las rocas, para que se hundieran en el mar y el gigante irlandés no pudiera cruzar a Escocia.
Con esta entretenida y animada leyenda, los irlandeses explican a los viajeros, el origen de la calzada de los gigantes, ubicada en el Condado de Antrim, en Irlanda del Norte y que desde 1986 forma parte del Patrimonio de la Humanidad.
Para los viajeros más escépticos estás columnas de basalto se formaron en la gran proceso geológico hace millones de años por el cese de la actividad eruptiva del volcán, cuando la lava incandescente se enfríó en la chimenea volcánica.
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